su valor. Iban vestidos corrientemente y estaban comiendo juntos en un famoso restaurante de Londres, cuando llegó una chica y le dio a cada uno una pluma blanca —el emblema de la cobardía. Será difícil encontrar alguien que no haya sido culpable de algún grave juicio erróneo; o que lo haya sufrido de otras personas. Y sin embargo, lo raro es que no habrá otro mandamiento de Jesús que se olvide o quebrante con más frecuencia. Hay tres grandes razones
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